Forever is a long time, but I wouldn't mind spending it BY YOUR SIDE.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Retrato en sepia.
Esa noche descubrió algunas de las múltiples posibilidades del placer y se inició en la profundidad de un amor que habría de ser el único para el resto de su vida. Con toda calma él fue despojándola de capas de temores acumulados y recuerdos inútiles, la fue acariciando con infatigable perseverancia hasta que dejó de temblar y abrió los ojos, hasta que se relajó bajo sus dedos sabios, hasta que la sintió ondular, abrirse, iluminarse; la oyó gemir, llamarlo, rogarle; la vio rendida y húmeda, dispuesta a entregarse y a recibirlo a plenitud; hasta que ninguno de los dos supo ya dónde se encontraban, ni quiénes eran, ni dónde terminaba él y comenzaba ella. Él la condujo más allá del orgasmo, a una dimensión misteriosa donde el amor y la muerte son similares. Sintieron que sus espíritus se expandían, que los deseos y la memoria desaparecían, que se abandonaban en una sola inmensa claridad. Se abrazaron en ese extraordinario espacio reconociéndose, porque tal vez habían estado allí juntos en vidas anteriores y lo estarían muchas veces más en vidas futuras, como sugirió él. Eran amantes eternos, buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma, dijo emocionado; pero ella replicó riendo que no era nada tan solemne como el karma, sino simples ganas de fornicar, que en honor a la verdad hacía unos cuantos años que se moría de ganas de hacerlo con él y esperaba que de ahora en adelante a él no le fallara el entusiasmo, porque ésa sería su prioridad en la vida. Retozaron esa noche y buena parte del día siguiente, hasta que el hambre y la sed los obligaron a salir de la habitación trastabillando, ebrios y felices, sin soltarse las manos por miedo a despertar de pronto y descubrir que habían andado perdidos en una alucinación.
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